Si estás pensando pintar tu casa, oficina o simplemente una estancia, ya sabrás que hay varias cosas que debes tener en cuenta. Además del tipo de pintura, de las herramientas imprescindibles, del color… existen diferentes tipos de acabados de pintura que debes considerar antes de ponerte manos a la obra.
Todas las pinturas tienen diferentes acabados y cada tipo aportará un aspecto diferente a la superficie que vaya a ser pintada. Por eso es tan importante que conozcas las opciones y puedas elegir el acabado que se adapte mejor a las necesidades del espacio y de la superficie, a la decoración y a tus gustos personales.
Acabado brillante:
Destaca por su notable brillo y facilidad de limpieza. Gracias a la capa de brillo, protege la pintura y aumenta su durabilidad y resistencia.
Además el brillo, al ser receptor de luz, aporta gran luminosidad al espacio.
Se utiliza en paredes con mayor probabilidad de ensuciarse, como zonas infantiles, con mascotas o en lugares altamente frecuentados. También en superficies de madera, como puertas y ventanas y para el revestimiento de muebles.
También es un acabado ideal para crear efectos decorativos, aunque es recomendable usarlo con moderación para evitar la saturación.
Acabado mate:
Este acabado no refleja la luz, por lo que no tiene brillo y es totalmente uniforme.
Eso sí, suele mancharse con mayor facilidad que otras pinturas. Por ello recomendamos evitar aplicarlo en zonas de mucho tránsito, para prevenir su constante mantenimiento.
Se utiliza en superficies amplias como paredes y techos, ya que a este acabado se le da bien disimular pequeñas imperfecciones. Además es ideal para espacios sobrios y elegantes.
Acabado satinado:
Es un punto medio entre opaco y brillante, ya que mantiene el tono mate pero con un matiz de luminosidad.
Destaca por su apariencia sedosa y delicada, y por su fácil lavabilidad. Cuando se aplica sobre una pared cierra sus poros, convirtiéndose en una barrera para la suciedad.
Por su versatilidad y su gran resistencia se utiliza en gran variedad de superficies, como en baños, cocinas o zonas de paso, así como en puertas o cuando se busca resaltar detalles.
Además, en el caso de zonas de poca luz, este acabado ayuda a resaltarla. Eso sí, en contrapartida, también hace que destaquen las posibles imperfecciones.
Estos son los tres tipos básicos de acabados pero también podemos encontrar otros como el acabado aterciopelado o cáscara de huevo (egghell) y el súper brillante, ambos con una función sobre todo decorativa.
El primero, con un sutil brillo y efecto aterciopelado, aporta una sensación de elegancia y calidez a la estancia.
Mientras que el acabado súper brillante o high gloss, menos común, se utiliza para resaltar detalles. Ya sea en paredes mates, o en algún adorno o mueble especial que queramos destacar.
Y con esto ya tienes toda la información sobre los principales acabados de pintura. Ahora solo te queda acudir a tu tienda de pinturas favorita para poner en práctica lo aprendido y pedir la pintura que cumpla todos tus requisitos y necesidades.